sábado, 17 de septiembre de 2011

Tu, quien despues de vagar entre sombras, a mi lado encontraste la gloria que nadie en el mundo te quiso brindar. Tú, el hombre que era toda mi vida, hoy me causa tan ondas heridas que si me descuido me pueden matar. Yo borrare aquellas desilusiones, entonando sentidas canciones, buscando entre notas poder olvidar, que viví tan feliz a tu lado, como el perro que lame confiado la mano traidora que le ha de pegar . . .

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